viernes, 24 de abril de 2015

HONDURAS Y SENSACIONES

No siempre somos igual de vulnerables. En ocasiones todo resbala... como el hielo, como el aire, pasa y se va. Otras veces, ciertas cosas se quedan con una insistencia horrenda. 

¿Me pregunto cuántos años tienen que pasar, que edad debemos tener, para dejar de confiar, para dejar de poner el corazón antes que la razón? ¿ Por qué ciertas personas tienen la capacidad de engancharte y enredarte, para luego hacerte sentir a la vera del camino, justo en esa parte donde no puedes ir para adelante, ni para atrás...?


Hoy me han hecho sentir así, desplazada, apartada. Me pasa muchas veces. Soy de ese tipo de personas a las que suelen apartar con facilidad. Muchas veces no me importa, yo también soy elitista en mis relaciones, pero si te digo la verdad, otras veces me duele. Así, sin más, me duele.

Y es en ese momento cuando sientes que un engranaje, algo así como una rueda dentada se pone en marcha en tu interior. Traquetea, ronca y echa a andar. Echa a andar hacia la decepción, hacia la desconfianza, hacia el rechazo... Sin embargo nunca llega a ningún sitio. Termina deteniéndose y esperando a una próxima vez...


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